Sagrada familia
Carmen Olivares
El turismo cultural supone la comercialización de la cultura mediante la oferta de productos en el mercado turístico. Esto lleva a nuevas formas de interpretar la autenticidad y expresan el dinamismo e imaginación de los grupos locales para adaptarse a las exigencias de la demanda.
La cultura se materializa en forma de souvenirs, que son vendidos y apropiados como elemento representativo y masificado de esa cultura materializada.
No podemos seguir planteando la cultura como un concepto cerrado y de contenidos absolutos, genuinos y espiritualmente puros. El turismo usa y consume rasgos culturales al tiempo que contribuye a reconstruir, producir y mantener culturas.
La cultura es objetivada y despersonalizada, sacada de contexto, a fin de obtener un producto presentable como autentico, fuera de tiempo, que debe infundir la idea de experiencia inolvidable y única para su consumidor, y a la vez ser repetible y estandarizada para el conjunto. Una consecuencia directa de todo esto es que genera un proceso constante de creación y recreación del sentido de permanencia, pasado, lugar, cultura y posesión.
El turismo una vez más será un motor de cambios ya que crean nuevos estereotipos que son muestra de la conjunción de las demandas del mercado y la adaptación, más o menos consciente, por las gentes del destino. A la vez que se transmite una supuesta imagen simbolizada del área de atracción turística, los nuevos elementos son consumidos en una identidad transformada, una caricatura.
Los grupos y culturas permanecen anclados en una determinada tradición, a modo de museos vivientes, como reservorios de un pasado real o imaginario, para el uso lúdico, político e identitario de nacionalidades, estados y gobiernos.
Ficha
Dirección
Carmen Olivares
Año
2005
Duración
26 min
País
España
Investigación
Antropólogo
Carmen Olivares
Institución
Universidad de Extremadura
Comentarios
2 respuestas a «Sagrada familia»