Presos de la democracia

La democracia pretende transformar el pasado totalitario de la dictadura franquista en todos los aspectos así como el sistema penitenciario y su marco legal.

En este contexto de cambios y habiendo concedido tres amnistías que aglutinan un número bastante elevado de presos, la democracia se enfrenta con una situación desbordada.

Los presos y las presas se organizan para mejorar sus situación: las fugas, los motines, etc. son hechos que pasan a diario. Es cuando la democracia inventa la tortura blanca del aislamiento, que va mucho más allá de un castigo.

Ésto comporta la construcción de nuevas macro-cárceles de alta seguridad y la aparición de los módulos F.I.E.S. (Ficheros Internos de Especial Seguimiento).

La nueva política penitenciaria apuesta no tanto por la represión física (que siempre esta presente) sino por la represión psíquica y la despersonalización: el aislamiento de los llamados presos más “peligrosos” del resto de la población reclusa y de su propio entorno familiar, amistoso y social.